Hanal Pixán en Cansahcab

1024 537 Cansahcab, Yucatán

En el estado de Yucatán, así como en sus hermosos pueblos, las tradiciones continúan formando parte de la vida cotidiana.

En muchas de las hermosas albarradas delos mágicos pueblos de Yucatán, se colocan velas para iluminar el trayecto de las ánimas, e impedir que sean molestadas por los kisines.
El clima fresco delos pixanes se empieza a sentir desde los mediados de octubre ,las.flores empiezan a adornar los caminos blancos, y.llegando el último día de octubre,Seguro se sentirá esa llovizna leve , que cae porque los muertos lavan sus ropas para venir a la Tierra según nos cuentan los antiguos abuelos..
En los pueblos no se caza en el monte en estos días, pues se considera que los cazadores corren el peligro de dispararle al alma de algún ‘tirador’ difunto; y las bordadoras no deben trabajar en esos días, pues pueden coser la piel de algún muerto.
Las casas de paja y cartón lucen limpias,los patios también lucen impecables para que los pixanes se sientan cómodos.

No se olvide, recuerde que a los nenés se les anudan hilos de color negro en las muñecas para protegerlos en estos días delas almas malas, y aires malignos.
en los pueblos de nuestro lindo Yucatán, las señoras de la casa lavan con agua y hojas de ciricote los banquillos, las mesas, jícaras y hamacas.

Los hombres barren los solares para que las ánimas no se encarguen de hacerlo y para que los Pixanes acudan a recibir las ofrendas es preciso quemar incienso, y entregar los alimentos con oraciones y rosarios de cinco a quince misterios, con cantos que se acompañan con música de serafina..

La muerte entre los yucatecos no es “cosa aparte” de la vida. De ahí que sea parte de vivir; por la herencia del pensamiento maya, los pobladores actuales de nuestra región conviven sin problema con la muerte, como algo que está presente cada día.

En nuestra cultura todo es vida y la muerte es parte de ella. No entendemos la muerte como el final, sino como el inicio perpetuo.

En Yucatán, cuando las ánimas finalizaban su paseo entre los vivos, éstos las despedían con igual fervor y, por supuesto, con ricas viandas y dulces.

La despedida para las almas de los niños era el séptimo día, y en la octava u ochavario, le tocaba a los mayores.

Entre los platillos que se ofrendaban en esos dos días estaban incluidos los llamados pibil kaax, pibil k’éek’en y pibil kuuts, grandes tamales píib, es decir, cocidos bajo la tierra, de masa coloreada y condimentada con achiote, rellenos de carne de gallina, puerco o pavo de monte.

En Yucatán así como en Cansahcab, la muerte es vista como permanencia y renovación. Todos sabemos que la cargamos, desde que salimos de casa, como una fiel compañera de jornada, y no por ello somos fatalistas porque el maya yucateco sabe disfrutar la vida también, prueba de ello son las festividades patronales, la celebración de una cosecha o la organización de una píntoresca vaquería. Vida y muerte están unidos en nuestro pensamiento cotidiano.

¿Oiga pero sabía usted cómo se preparaba la mesa, mucho tiempo después de la Conquista, cuando ya se dejaban ver los rastros de la evangelización en los altares mayas?

En cada casa se improvisaba un altar en el que se ponía una cruz verde, simbolizando el Ya’axche’; una vela encendida, cuatro jícaras de atole nuevo, una en cada esquina del altar, y una quinta en el centro, que representaba a los puntos cardinales y a la ceiba.

También se disponían siete montones de trece tortillas cada uno, que recordaban los numerales del calendario Tsol k’iin; y cuatro recipientes con carne de puerco o pavo guisados en achiote (Bixa Orellana) o en chilmole.

Y como en otras ceremonias, en total se procuraba colocar en el altar veintidós ofrendas en honor a los 13 dioses del Óoxlajuntik’uj y a los nueve del Bolontik’uj.

La celebración consistía en agasajar con comida, bebida y rezos a las almas de los familiares y amigos fallecidos; el primer día a los niños y el segundo a los adultos. Como vemos, se comienzan a articular tanto los elementos mayas como los europeos.

¿Qué te parece la tradición del Hanal Pixán en el pueblo de Cansahcab? Tú, ¿crees en ella?

Author

Cansahcab

All stories by: Cansahcab