En el día de hoy, te hablaremos de otro lugar de interés que no hay ninguna duda que representa la historia de este excelente municipio. La industria y la historia de Cansahcab va más allá de lo que nos cuentan. Te hablaremos un poco más a continuación.
Hacienda de San Antonio Xiat, Cansahcab:
La Hacienda de San Antonio Xiat se encuentra a 8 kilómetros al sur-oeste de Cansahcab.
En sus tiempos se dedicaba al henequén ya que contaba con sus máquinas desfibradoras; la hacienda llego a procesar arriba de 200 mil hojas de henequén hasta que por azares del destino ocurrió un explosión en la maquinaria dañándola, lo que produjo que se dejara de producir las cantidades que habían logrado.
Hace ya más de 20 años que la hacienda dejo de funcionar como desfibradora y actualmente solo quedan los edificios de lo que un día fue una gran hacienda henequenera.
Cuenta don Fernando Balan Xool, que en la época de Fernando Casares, primer dueño de la hacienda, el 13 de julio de cada año se realizaban las novenas a San Antonio de Padua, con bachata y comida para todos.
En ese tiempo se mandaban a buscar a las señoras y niños en las plataformas para ir hacer el novenario. Al fallecimiento del dueño de la hacienda, su esposa doña Josefina Gamboa le vende la hacienda a Máximo Ruiz de Telchac, que por unos 10 años aproximadamente tuvo la hacienda, al fallecer Máximo Ruiz, su hijo Ariel Ruiz se quedó a cargo de la hacienda, él posteriormente vende la hacienda y pasa a formar parte de la familia Hidalgo Jiménez.
El santo San Antonio de Padua se encontraba en la hacienda, mientras era propiedad de don Máximo Ruiz, antes de que la hacienda pasara a formarte de la familia Hidalgo Jiménez los pobladores le solicitan al hijo de Máximo Ruiz que les donará al santo para que se siga venerando en la capilla de la comisaria donde hasta hoy se continua haciéndole su novenario y misa los día 13 de Julio de cada año.
En la época de Hidalgo Jiménez la hacienda se fue abandonando, pero en la mente de don Fernando Balan Xool quedan los recuerdos de lo que se vivía en la hacienda y sus leyendas. Cuenta don Fernando que los hijos de los dueños les gustaba lanzarse desde el techo al tanque llenos de adrenalina disfrutando de la hacienda, recuerda también que sus padres le contaban lo productiva que era la hacienda en el auge del henequén, y que también en la hacienda se escuchan ruidos y que se dice que es el recibidor de sosquil que falleció ahí en un accidente.
De igual manera, comenta don Fernando que un día el recibidor de sosquil que estaba lastimado de su pie, llego muy temprano y se quedó dormido en la maquinaria, en esa época había raspa desde muy temprano y no había corriente, en ese entonces se encendía latas con estopa para poder ver y operar la maquinaria, el mayoral puso en funcionamiento la máquina y sin darse cuenta que el señor se había quedado dormido la enciende y lamentablemente provoca el fallecimiento de esta persona.
Sin duda alguna, hoy en día se pueden contar muchas historias de esta gran hacienda, y eso sin tomar en cuenta las que aún faltan por contarse. Esta hacienda es un gran patrimonio de Cansahcab.
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