La hacienda Ucanha se encuentra a 5.5 Km del municipio de Cansahcab, y pertenece al sacbé Ucí- Cansahcab. No cabe duda, un patrimonio cultural que ha perdurado a lo largo de los años y a su vez, que es de gran importancia para el municipio de Cansahcab.
A continuación te contamos un poco de su historia:
EL TESORO DE UCANHA:
Se cuenta que en la hacienda había un tesoro escondido por sus primeros propietarios, que en tiempos de la guerra de castas se cambiaron a vivir a la ciudad sin llevárselo.
Como eran personas muy ricas y no pensaban regresar decidieron vender la hacienda con todo y su tesoro escondido e irse a vivir a Europa.
Por su parte, los nuevos dueños vivieron muy poco tiempo en ella y al regresar a Mérida dejaron un capataz para vigilar su propiedad, mismo que una tarde vio venir a una señora muy bella y serena que le pidió permiso para quedarse a dormir allá. Su aspecto amable y su sonrisa bondadosa lo convenció y le ofreció una delos muchos cuartos desocupados.
A la mañana siguiente fue a llamarla para que lo acompañe a desayunar y mientras lo hacia la señora le dijo que había tenido un sueño extraño en el una virgen le mostraba siete lugares y le pedía que escarbara en ellos para que le diera lo que había adentro, ya que lo necesitaba para los niños que estaban a su cuidado.
“-Debe ser el tesoro escondido, dijo el capataz, pero si lo buscamos quiero que me entregues la mitad de todo lo que encontremos.”
La mujer se quedo callada un rato, como pensando y respondió sin comprometerse: -tendremos que sacarlo en la noche por que la virgen me pidió que lo hiciera durante la luna llena, que es hoy.
Aceptando el trato, el capataz volvió satisfecho a lo suyo y llegada la noche ceno hasta saciarse y se alisto a escarbar, pero contra su costumbre se quedo dormido en la mesa, soñando con el tesoro que pronto tendría en sus manos.
Las horas pasaron y al amanecer despertó desconcertado pues nunca antes le había ganado de esa manera el sueño. Sospechando que su invitada había tenido algo que ver en ello, corrió a llamarla, pero no obtuvo respuesta. Empujando entro al cuarto y vio que ya la mujer no estaba, se había ido, pero en los nichos que tenían las cuatro paredes había cuatro excavaciones. Al comprender lo ocurrido, recorrió otros cuartos y pronto encontró las otras tres excavaciones.
Lleno de rabia e impotencia, lanzo maldiciones a diestra y siniestra contra aquella mujer que, según le dio un brebaje para adelantársele.
Dicen que el coraje le hubiera durado mucho tiempo de no ser porque a la noche siguiente, tuvo entre sueños una visión que le aclaro lo ocurrido: en un lugar celestial estaba la santísima virgen de la cueva llena de resplandores y sonriendo mientras le mostraba siete cargas de dinero que estaban a sus pies en una mesa: – “Tuve que realizarlo sola por el bien de los niños”, le dijo.
Su rostro sereno y compasivo le pareció conocido y en ese momento despertó con la mente extrañamente lucida y una certeza en el corazón: la señora que lo visito fue la misma que vio en su sueño. Sin saberlo el un humilde capataz de hacienda había tenido el privilegio de ser el anfitrión de la virgen de la cueva y no había estado a la altura de la conducta recta que ella esperaba. Arrepentido de verdad, desde ese día se convirtió en su más devoto servidor.
Y desde ese día también la virgen empezó a aparecerse a sus visitantes con las siete cargas de dinero a sus pies. Se cuenta que cuando un campesino pregunto a la santísima virgen como podría tomar el dinero sin ser muerto por el veneno de las serpientes Nohoch Kan esta le contesto:- solamente podrá tomarlo quien tenga el alma pura y este dispuesto a emplear hasta el ultimo centavo en ayudar a los niños de Yucatán que tengan de 7 días de nacidos a 7 años.
La noticia corrió por calles y pueblos, y fueron llegando a visitar a la virgen muchas personas laicas y religiosas que se sentían buenas y santas sin serlo realmente y que por su ceguera espiritual no se daban cuenta de que iban por la ambición del dinero y no por el afán de ayudar a los niños.
Entonces para no exponerlas a una muerte segura, la santísima virgen tomo la determinación de cerrar la entrada cada vez que alguien llegaba a verla con esa intención egoísta.
Finalmente por su infinita bondad opto por dejar entrar a los visitantes para que aliviaran su sed y se refrescaran, pero se volvió invisible y desde entonces solo se deja ver por las almas más puras.
Interesante historia, ¿Cierto?. Lo más curioso de esta es que aún siguen habiendo artefactos y objetos como parte del tesoro que aún no han sido descubiertas en su totalidad.
Recuperado de facebook en Ka’a síijil Cansahcab