Esta historia que te contaremos a continuación, habla acerca de como un integrante del reino animal fue capaz de proteger a Cansahcab durante muchísimos años al ataque de cazadores, malhechores, entre otros. ¿Quieres conocer más? ¡Continua leyendo!
Hace muchísimos años en los montes del interior de la Península, abundaban miles de venados. Era tal cantidad de los ciervos que estos entraban en la comunidad de los hombres pero estos solo los mataban para comer, nunca para comercializar. Pero ahí es cuando llegaron los blancos, al ver tanto venado, empezaron a matarlos y llevar las carnes a otras comunidades y la salaban para mandar a España.
Fue demasiada la matanza de los venados, que se fueron agotando, pero en lo más profundo de un monte, en Cansahcab, una noche apareció el Gran Venado. Él era muy grande, su pelambre del dorso a la cabeza era blanco, su cornamenta era muy larga y puntiaguda, que con una cornada mataba al enemigo rápido. Parado sobre una roca y rodeado de muchos de sus súbditos, se hizo escuchar; el trampero profesional está acabando con nosotros, urge tomar medidas para acabar esta cacería indiscriminada.
“El blanco solo mata por placer y para vender”
El blanco solo mata para comerciar, el maya solo lo hace para alimentarse, así que por lo consiguiente, cuando ustedes vean a los hombres blancos tratando de cazarnos, tráiganlo aquí, en el centro de mi reinado, para darle una buena lección, y no dejarlo vivo. De acuerdo, “Gran Rey”. Contestaron los miles de venados que habían llegado por los cuatro puntos cardinales.
Y así cayó el primer cazador y como ordenó el Rey, fue llevado a su presencia. Cuál no sería su sorpresa al verse rodeado de miles de ciervos, surgió de la espesura del monte, la figura majestuosa del Gran Rey, parándose en la roca, y dijo:
¨Tú, cazador irrespetuoso, has abusado asesinando indiscriminadamente a nuestros hermanos, solo para vender la carne, eso está muy mal, porque lo que obtienes no es para alimentarte, comercias la carne en los pueblos grandes a tus hermanos blancos, así que te condeno a morir corneado.”
Orden que fue obedecida hasta que lo dejaron destrozado y así cada noche fueron desapareciendo los cazadores, sin que nadie explicara la causa.
El miedo cundió a los pobladores mayas
El Gran Venado dijo, su mandato; Hermanos mayas, hemos dado una gran lección a los cazadores blancos, pero ustedes hermanos de esta tierra tienen derecho a conseguir carne de nosotros, para su alimentación, sin llegar abusar, sino correrán la misma suerte.
Nosotros creemos que esta fue una estrategia de protección para los venados. En cierto sentido, es lo que se ve hoy en día. Dejando a un lado la ciencia-ficción, los cazadores hoy en día están acabando desmesuradamente con la flora y fauna de nuestro estado.
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