El día de hoy, te contaremos la reciente historia de la llegada del señor José Isidro Poot desde la CDMX al pueblo de Cansahcab. Su recorrido consistió en una actitud de voluntad y perseverancia, ya que recorrer cientos de kilometros no es cosa fácil. En esta ocasión, la historia será relatada por parte de el. ¡Continua leyendo para conocer más!
“Mientras viajaba rumbo al municipio de Halachó, vi este martes por la mañana a decenas de antorchistas en la carretera, quienes año con año viajan a diversas poblaciones de todo el sureste del país en busca de cumplir sus mandas, o bien, en agradecimiento a favores recibidos.”
“Cuando llegué, en el palacio había varios antorchistas, algunos de los cuales se me acercaron para platicarme sus experiencias paranormales, pero una en especial me llamó la atención y hoy día en que publicamos el tema OVNI, es el mejor momento para darlo a conocer.”
“Se trata del avistamiento de platillos voladores que dicen haber experimentado el año pasado un grupo de jóvenes guadalupanos cerca del puente de la entrada al municipio de Chocholá, en la carretera denominada “el camino real”, la cual es la vía federal hacia el estado de Campeche y que pasa también por Halachó.”
Sebastián Moo comentó que esa noche, mientras venían con sus bicicletas, vieron claramente en el cielo dos objetos voladores no identificados que se movían de forma idéntica, como si uno estuviera siguiendo al otro:
“Se nos hizo extraño, ya que los movimientos que hacían no eran como los aviones pues de pronto iban como en zigzag, y hasta regresaban; todos en el grupo lo vimos, éramos 14 ciclistas y vaya que nos llamó la atención, al menos yo en lo personal nunca había visto algo así”, relató.
Su compañero, Juan Kumul, por su parte, dijo que está seguro que se trata de un OVNI: “Si fuera un helicóptero, definitivamente hubiera hecho ruido, pues estaba muy cerca como a unos 200 metros de altura de nosotros y eran como bolas de forma circular con una luz azul, pero no se escuchaba nada”.
Y agrega: “A algunos de los compañeros les dio miedo, pero nos encomendamos a la Virgen; otros empezaron a rezar. Yo, en el fondo sabía que no era nada malo, es decir que en todo caso se trataba de un OVNI y traté de tranquilizarlos, y decidimos proseguir con nuestro camino, ya que íbamos a ir hasta Calkiní, Campeche; ya este año, por fortuna, no hemos visto nada raro”, explicó.
¿Impresionante, cierto? Estas son algunas de las historias que nos cuentan nuestros amigos peregrinos, a veces, un poco aterradoras.
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